Etiquetado frontal: instan a elegir los productos con menos sellos
En las góndolas de los supermercados ya se puede ver una gran cantidad de marcas con el «sello negro» que alerta sobre el contenido con excesos de grasas, azúcares, sodio o calorías en los alimentos y bebidas envasados. Lo que en principio aparecía a cuentagotas en los packagings, se aceleró en el último tiempo. Es que el 16 de febrero venció la fecha de prórroga que pidieron los fabricantes para cumplir con este requisito introducido por la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Ley de Etiquetado Frontal.
Ahora que el consumidor está advertido por los impactantes sellos octogonales sobre los excesos que trae ese producto, viene la instancia de autorreflexión frente a las estanterías: ¿lo compro igual?, ¿elijo otro?, ¿y si mejor no lo llevo?.
El licenciado en Nutrición, Ignacio Porras, presidente de la Fundación Sanar e impulsor de la ley nacional, estará el jueves 30 en Santa Fe para dictar una charla, a las 18.30, en el Foro Cultural de la UNL, junto a otros disertantes, organizada por el espacio Creo. Consultando por El Litoral sobre si son realmente disuasorias estas etiquetas a la hora de adquirir un producto, dijo que «de acuerdo a la evidencia de otros países, el impacto en la elección de consumo es grande».
Si bien aclaró que «la gente no deja de consumir determinados productos», consideró que lo que sí hace es «elegir dentro de la misma gama aquellos que menos cantidad de sellos tengan». Y ejemplificó: «Si tengo opciones de galletitas dulces con cuatro sellos, con tres sellos o con dos, puedo elegir la que tiene dos y voy a tener una mejor nutrición o un menor riesgo que si me como la que tiene cuatro».
El nutricionista Ignacio Porras fue uno de los impulsores de la ley de Etiquetado Frontal.
«Ese es un poco el sentido de la ley cuando uno quiere comer igual de esos paquetes: tratar de poder elegir lo menos nocivo dentro de lo nocivo, porque que tenga dos sellos significa que igual me sigo exponiendo al riesgo del consumo de un exceso en particular», amplió.
El organismo que determina los parámetros de exceso de nutrientes críticos introducidos en la normativa argentina es la Organización Panamericana de la Salud (OPS). «No es un antojo ni un capricho esa definición; todo producto que haya sido envasado por fuera de los ojos de un consumidor, corresponde que esté etiquetado si tiene exceso de nutrientes críticos que desestabilizan o desbalancean su dieta», aseguró.
Importancia para la salud
Porras fue dejando caer cifras por demás de alarmantes: «8 de cada 10 adultos tienen malnutrición por exceso»; «4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes tienen malnutrición por exceso»; «en Argentina se está viendo con mayor frecuencia diabetes tipo 2 en niños, una enfermedad que antes era más de los adultos»; «solamente el 6% de la población argentina ingiere las 5 porciones de vegetales y frutas recomendadas al día»; «en Argentina cada habitante consume 192,3 kilos de productos procesados por año».